Supone necesariamente un cambio muy importante, ya que, en el caso del riñón
artificial, es necesario disponer de cuatro horas, tres veces por semana, si se
realiza en un centro, a lo que hay que añadir el desplazamiento. En el caso de la
diálisis peritoneal, deben realizarse tres o cuatro intercambios al día, o un
intercambio nocturno con la máquina cicladora, al que generalmente se le añade
otro a la hora de comer. Por consiguiente, son limitaciones considerables que
hacen que la vida cambie de forma importante. No obstante, una correcta
organización y adecuación de este tratamiento permiten en muchos pacientes
seguir realizando una vida con limitaciones generalmente normal.
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